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jueves, 2 de abril de 2015

SANTO TREKKING

Por Rhazú Vásquez Chuchón


Para quien haya subido al Cerro de la Juventud los últimos años esta idea no le parecerá extraña: trekking turístico. Sí, tal como lo lee. No un tradicional Viacrucis por Semana Santa, sino la oportunidad de hacer escala a pie durante todo el año; quizá en grupo una o dos veces por mes, o en solitario si aprecia los pactos con la soledad. Sea cual fuera su preferencia, esta práctica deportiva, servirá sin duda para mejorar su condición y calidad de vida.


"Subir al Cerro de la Juventud una sola vez al año queda corto", es la conclusión a la que llegamos luego de un sondeo realizado por OF en la cima, el Viernes Santo del 2012, donde el 90% de las personas interrogadas declararon que después de apreciar la vista panorámica de la ciudad desde las alturas y sentir la paz que transmite llegar al cenit, todo el cansancio sufrido es leve y que sin dudarlo volvería a realizar el recorrido si existiese otro motivo especial como la pascua o se promoviesen caminatas con un fin deportivo.

El inicio de la escalada rumbo a nuestro emblemático cerro, icono de la fé y la paz, se da en la Panamericana Norte a uno cien metros del túnel de Coishco. Mientras se sube por el sendero denominado "Vía de la Solidaridad", la ciudad se va alejando de nosotros, las nubes se agigantan y en un verano caluroso como este, la fatiga aparece tratando de frenar el ímpetu por llegar hasta el Santuario del Señor de la Vida, construido hace más de dos décadas con la finalidad de convertir el lugar en referente del catolicismo. Debajo del templo se encuentran las catacumbas, un espacio con aires místicos, edificado en homenaje a los tres misioneros mártires abatidos por Sendero Luminoso en nuestra región; además en la planicie donde se ha construido el templo, se hallan la Plaza Virgen María, la Plaza del Niño y la Plaza de la Amistad, en esta última se aprecian ocho monolitos de las empresas industriales de Chimbote y una imponente imagen de San Pedro subido en una lancha dirigiendo la mirada hacia Chimbote. A pesar el cansancio que algunos puedan sentir, el ímpetu no decae y nadie escatima esfuerzos por llegar hasta el mirador donde puede apreciarse el majestuoso océano y contemplar la ciudad en su máxima expresión. Un peregrinaje de esta magnitud es una aventura refrescante para el alma, no sólo por la presencia de los símbolos religiosos que se erigen en el Cerro sino porque la experiencia sirve para poner a prueba nuestro temperamento.

Ante tanta demanda de turismo de aventura, la presencia de una empresa de trekking que promocione el Cerro de la Juventud como una ruta extrema se hace inminente. Y, creo, podría ser el cuño definitivo a los nuevos deportes de aventura que están surgiendo últimamente, desde kayak en el agua, sandboard en la arena, aventuras forestales y el "espacio en blanco" para un deporte turístico de aventura entre las nubes.

Para reforzar las posibilidades de inversión en este rubro la Cámara de Comercio de Lima ha determinado que en el 2015 el crecimiento del turismo receptivo anual incrementará en 6%. Situación apropiada para que los empresarios e inversionistas de nuestra ciudad apuesten por el mayor símbolo de estabilidad en nuestro puerto. Como dijo alguien por allí: Los cerros son siempre los primeros en llegar al cielo.


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Compartimos un vídeo hecho por el equipo de OF hace algunos años

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